Querido amigo lector: Lo que tiene usted entre sus manos no es un libro. De hecho, no es nada que se le parezca ni se le quiera parecer a un libro. Es, tan solo, un particular intento de ordenar las ideas ilusorias de un cerebro al que doy voz, o letra, pero que no soy ni jamás he sido.
¡Ah! Y por favor, guárdeme el secreto, pero estas páginas tienen magia. Sí. Es en serio. Magía potagia, de la de verdad, de la buena. No lo cuente. Pero la tienen.
¡Ah! Y otro favor, tómese la absoluta libertad para leerlo como quiera.